Uriel Alonso Solis, narró los hechos ocurridos en Iguala, Guerrero, la noche del 26 de septiembre, fecha donde fueron atacados estudiantes de la normal de Ayotzinapa.

«Ibamos a realizar prácticas, estar en las primarias observando».

«Posteriormente íbamos a ir a la conmemoración del 2 de octubre en la Ciudad de México».

«Tenemos convenio con las líneas de autobús para transportarnos a otras partes».

«No conocíamos Iguala, Guerrero».

«Nos siguieron patrullas, los policías se pusieron capuchas y nos atacaron a balazos».

«Ví a mi compañero Aldo con un balazo en la cabeza» (luego de repeler la agresión policial con piedras).

«En esos momentos yo creí que también iba a morir; pedimos apoyo a las autoridades y no nos tomaron en cuenta».

«Nadie podía entrar a Iguala, Guerrero, hasta que terminará la matanza».

«Yo pensaba entregarme a las autoridades, no me dejaron ir mis compañeros».

«Si no se entregan se van arrepentir» les dijo un oficial de policía que se había quitado la capucha.

«Muchos compañeros se refugiaron en hogares que les brindaron apoyo».

«Vimos dos cuerpos de unos compañeros no los pudimos reconocer».

«Fui al SEMEFO y reconocí a mi compañero Julio César Mondragón, tenía el rostro desfigurado».

El ejército mexicano llegó a un hospital de Iguala, Guerrero y quitaron los celulares a todos los sometieron en el piso.

«Si son hombres atengan las consecuencias» dijeron soldados del ejército.