El 8 de diciembre de 1886 en la ciudad de Guanajuato, nació uno de los mejores pintores de la historia mexicana. Diego María de
la Concepción Juan Nepomuceno Estanislao de la Rivera y Barrientos Acosta y Rodríguez, mejor conocido como Diego Rivera, marcó época al plasmar en sus murales verdaderas obras de arte que hasta el día de hoy, tiene reconocimiento a nivel mundial.

Hijo de Diego Rivera y María del Pilar Barrientos, se trasladan a la Ciudad de México en 1892 donde Diego iniciaría su carrera artística en la Academia de San Carlos.

En dicho recinto, tomó clases con el célebre paisajista José María Velasco y conoció al caricaturista creador de la Catrina, José Guadalupe Posada quién fue su máxima inspiración. A sus 21 años, Diego inició su travesía hacia Francia. En el barrio de Montparnasse de la capital gala, se fogueó con varios artistas como Pablo Picasso y Amedeo Modigliani. Cada café al que arribaba Rivera, los franceses lo llamaban salvaje, refiriéndose a sus casi dos metros de altura, su corpulento físico, un individuo exótico pero signo de admiración, así lo relataba su primera esposa Angelina Beloff. Después de 14 años de aventura en suelo europeo regresa a México, donde participaría junto con los grandes David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco y Rufino Tamayo, en el renacimiento de la pintura mural en el país gracias al patrocinio por parte del gobierno encabezado por José Vasconcelos. A sus 42 años, en 1929 contrae nupcias con la joven de 22 años Frida Kahlo en el ayuntamiento de Coyoacán.

Este matrimonio estuvo inmerso en muchos escándalos como las constantes infidelidades por parte de los dos al punto que Diego tuvo un amorío con Cristina Kahlo, hermana de Frida que se separaron tras el hecho. Posteriormente se reconciliaron y estuvieron juntos hasta su muerte en 1954 a unos cuantos días de celebrar sus bodas de plata.

Quizás sea la pareja más popular que haya tenido México. A pesar que Diego perdiera a su compañera de vida, pronto se volverían a encontrar. Un año después de la muerte de Frida le detectaron cáncer de testículo. Dos años duraría su lucha que tras complicaciones, falleció el 24 de noviembre de 1957 por un paro cardiaco. Sus últimos deseos fueron que sus cenizas estuvieran junto con los de su esposa: “No tardare mucho el unirme a Frida… He guardado esta urna durante algún tiempo para nuestras cenizas”. Dichos deseos fueron negados por las hijas de Diego al sentir que era mejor que sus restos descansarán en la Rotonda de los Hombres Ilustres en la Ciudad de México.

En sus obras plasmaba constantemente a la cultura indígena, como también la historia de nuestro país. Sus murales más famosos fueron La mujer del pozo (1913), El festival de las flores (1925), La historia de México (1929-1935), El mundo de hoy y mañana (1929-1935), El antiguo mundo indígena (19291935), El hombre controlador del universo (1934), El cargador de las flores (1935), Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central (1947), entre otros. Bellas Artes, la Casa Azul, el Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo, el Palacio Nacional y el Museo Mural Diego Rivera en la Plaza de la Solidaridad, todos estos recintos ubicados en la capital del país, son uno de los muchos sitios donde los amantes del arte, de la cultura y de la historia contemporánea, puede apreciar el gran legado que dejó el pintor Diego Rivera.