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ESCRITO REALIZADO POR DR. ABRAHAM MONTALVO PARRA, DIRECTOR DE UMF/MR ISSSTE EN TECATE, BAJA CALIFORNIA. 

La alergia a la penicilina es una reacción anormal de tu sistema inmunitario o de defensa, al antibiótico denominado penicilina. La penicilina es recetada para tratar varias infecciones bacterianas.

Los signos y síntomas frecuentes de la alergia a la penicilina son entre otros urticaria, sarpullido y picazón. Una de las reacciones graves es la anafilaxia, una afección que puede poner en riesgo la vida y que afecta múltiples sistemas del cuerpo.

Se han diagnosticado alergias a la penicilina de manera excesiva —un problema que puede derivar en el uso de tratamientos antibióticos menos adecuados y más costosos—. Por lo tanto, es necesario un diagnóstico preciso cuando se sospecha alergia a la penicilina para asegurar las mejores opciones de tratamiento.

Otros antibióticos, en particular aquellos con propiedades químicas similares a la penicilina, también pueden provocar reacciones alérgicas.

A menudo aparecen dentro de una hora después de haber tomado el medicamento. Con menor frecuencia, las reacciones pueden ocurrir horas, días o semanas más tarde.

Estos son algunos de los signos y síntomas de la alergia a la penicilina:

  • Erupción cutánea
  • Urticaria
  • Picazón
  • Fiebre
  • Hinchazón
  • Falta de aire
  • Sibilancia (silbido al respirar)
  • Catarro
  • Ojos llorosos y con picazón
  • Anafilaxia

Anafilaxia

Es una reacción alérgica poco frecuente que pone en riesgo la vida y causa una disfunción generalizada de los sistemas del cuerpo.

Los signos y síntomas de la anafilaxia son los siguientes:

  • Estrechamiento de las vías respiratorias y de la garganta, lo que genera dificultad para respirar
  • Náuseas y cólicos
  • Vómitos o diarrea
  • Mareos o aturdimiento
  • Pulso débil y acelerado
  • Caída de la presión arterial
  • Convulsiones
  • Pérdida del conocimiento

Reacciones retardadas resultantes de la alergia a la penicilina

Las reacciones alérgicas a la penicilina menos comunes ocurren días o semanas después de la exposición al medicamento y pueden persistir por algún tiempo después de que dejas de tomarlo.

Estos trastornos incluyen lo siguiente:

  • Enfermedad del suero, que puede causar fiebre, dolor articular, erupción, hinchazón y náuseas
  • Anemia inducida por medicamentos, una reducción en los glóbulos rojos, que puede causar fatiga, latidos cardíacos irregulares, dificultad para respirar y otros signos y síntomas
  • Reacción farmacológica con eosinofilia y síntomas sistémicos (DRESS, por sus siglas en inglés), que ocasiona erupción, conteo alto de glóbulos blancos, hinchazón general, inflamación de la infección por hepatitis latente
  • Síndrome de Stevens-Johnson o necrólisis epidérmica tóxica, que implica ampollas y descamación grave de la piel
  • Inflamación en los riñones (nefritis), que puede causar fiebre, sangre en la orina, hinchazón general, confusión y otros signos y síntomas

Eventos adversos que no son reacciones alérgicas

Puedes tener efectos secundarios de la penicilina (como sucede con otros medicamentos) que no sean una reacción alérgica al medicamento. Según el tipo de penicilina, los efectos secundarios más frecuentes son dolor de cabeza, picazón vaginal, náuseas o diarrea leves. Los signos o síntomas de una infección por la que te están tratando (o los síntomas no relacionados) también pueden confundirse con una reacción alérgica al medicamento.

CAUSAS

La alergia a la penicilina ocurre cuando el sistema inmunitario se vuelve hipersensible al medicamento y reacciona por error como si el medicamento fuese una sustancia nociva, como si fuese una infección viral o bacteriana.

Antes de que el sistema inmunitario pueda volverse sensible a la penicilina, debes exponerte al medicamento al menos una vez. Si el sistema inmunitario identifica por error a la penicilina como una sustancia perjudicial, crea un anticuerpo específico contra ese medicamento.

La próxima vez que tomes el medicamento, estos anticuerpos específicos lo detectarán y le indicarán al sistema inmunitario que ataque la sustancia. Las sustancias químicas que se liberan en esa actividad causan los signos y síntomas asociados a una reacción alérgica.

La exposición previa a la penicilina puede no ser evidente. Existe evidencia que indica que las cantidades mínimas de penicilina en los alimentos pueden ser suficientes para que el sistema inmunitario de una persona cree un anticuerpo para combatirla.

Penicilinas y medicamentos relacionados

Las penicilinas pertenecen a una clase de medicamentos antibacterianos llamados antibióticos betalactámicos. Aunque los mecanismos de los medicamentos varían, generalmente combaten las infecciones atacando las paredes de las células bacterianas. Además de las penicilinas, otros betalactámicos más comúnmente asociados con las reacciones alérgicas son un grupo llamado cefalosporinas.

Si has tenido una reacción alérgica a un tipo de penicilina, puedes ser alérgico, pero no necesariamente, a otros tipos de penicilina o a algunas cefalosporinas.

Las penicilinas incluyen:

  • Amoxicilina
  • Ampicilina
  • Dicloxacilina
  • Nafcilina
  • Oxacilina
  • Penicilina G
  • Penicilina V
  • Piperacilina
  • Ticarcilina

Las cefalosporinas incluyen:

  • Cefaclor
  • Cefadroxil
  • Cefazolina
  • Cefdinir
  • Cefepima (Maxipine)
  • Cefotetán
  • Cefprozilo
  • Cefuroxima
  • Cefalexina (Keflex)

FACTORES DE RIESGO

  • Aunque cualquier persona puede tener una reacción alérgica a la penicilina, algunos factores pueden aumentar ese riesgo.
  • Estos incluyen:
  • Antecedentes de otras alergias, como alergia alimentaria.
  • Reacción alérgica a otro medicamento
  • Antecedentes familiares de alergia a los medicamentos
  • Aumento de la exposición a la penicilina, debido a dosis altas, uso repetitivo o uso prolongado
  • Ciertas enfermedades comúnmente asociadas con las reacciones alérgicas a los medicamentos, como la infección con el VIH o con el virus de Epstein Barr

PREVENCIÓN

Si eres alérgic@ a la penicilina, la prevención más simple es evitar el medicamento. Los pasos que puedes poner en práctica para protegerte incluyen los siguientes:

  • Informa a los trabajadores de la salud. Asegúrate de que la alergia a la penicilina u otra alergia a los antibióticos esté claramente identificada en tu expediente médico. Informa a otros profesionales de la salud, como tu dentista o cualquier otro especialista médico.
  • Usa un brazalete. Usa un brazalete de alerta médica que identifique tu alergia a los medicamentos. Esta información puede asegurar un tratamiento adecuado en caso de emergencia.

DIAGNÓSTICO

Un examen completo y pruebas de diagnóstico apropiadas son esenciales para un diagnóstico preciso. Una alergia a la penicilina mal diagnosticada puede causar que se usen antibióticos menos apropiados o más caros.

El médico llevará a cabo un examen físico, hará preguntas acerca de los síntomas y pedirá exámenes adicionales. Puedes ser remitido a un especialista en alergias (alergólogo) para estas pruebas.

Pruebas cutáneas

Con una prueba cutánea, el alergólogo administra una pequeña cantidad de la penicilina sospechosa a tu piel con una aguja diminuta. Una reacción positiva a un examen causará una protuberancia roja, con picazón y elevada.

Un resultado positivo indica una alta probabilidad de alergia a la penicilina. Un resultado negativo generalmente significa que no estás en alto riesgo de una alergia a la penicilina. Pero un resultado negativo es más difícil de interpretar porque algunos tipos de reacciones a medicamentos no pueden ser detectados por las pruebas cutáneas.

TRATAMIENTO

Las intervenciones para tratar una alergia a la penicilina pueden dividirse en dos estrategias generales:

  • El tratamiento de los síntomas de alergia existentes
  • Insensibilización con penicilina

Tratar los síntomas existentes

Para tratar los síntomas de una reacción alérgica a la penicilina es posible realizar las siguientes intervenciones:

  • Suspender el medicamento. Si el médico determina que sufres de una alergia a la penicilina, o una posible alergia, el primer paso del tratamiento es suspender el medicamento.
  • Antihistamínicos. El médico te puede recetar un antihistamínico o recomendarte uno de venta libre, como la difenhidramina (Benadryl), que bloquea las sustancias químicas del sistema inmunitario que se activan durante una reacción alérgica.
  • Corticosteroides. Pueden utilizarse corticosteroides orales o inyectables para tratar la inflamación asociada con las reacciones más graves.
  • Tratamiento de la anafilaxia. La anafilaxia requiere una inyección de epinefrina y atención hospitalaria de inmediato para mantener la presión arterial y para asistir la respiración.

Recuerda acudir al servicio de urgencias ante la duda o sospecha de alguna reacción alérgica a la penicilina o algún otro medicamento o alimento.

No debemos bajar la guardia, seguimos en semáforo rojo, así que lávate las manos constantemente, aun así no te talles los ojos, nariz o boca y usa cubrebocas en lugares públicos, sobre todo, sino tienes necesidad de salir de casa, mejor mantente seguro, cuídate y cuida de los tuyos.

lopezbueno