ESCRITO REALIZADO POR MARLENE ROJAS, COACH EN HÁBITOS.
No intentaré convencerte de que cambies todo tu maquillaje por cosméticos 100 % naturales. Para ser franca, ni siquiera yo he hecho esa transición completa. Creo que todas deberíamos ponernos puro maquillaje natural, en la actualidad ya tenemos muchas opciones de maquillajes con ingredientes naturales, no hay mucha diferencia en precios comparados con las marcas reconocidas. En lo personal no soy fan de estar gastando mucho dinero en maquillaje, ni de comprar por comprar, solo compro lo necesario, mi rutina de maquillaje diario es utilizar un poco de polvo de arroz, rubor, labial, rímel y gel en crema para mis cejas, solo en algunas ocasiones especiales si utilizo maquillaje en crema y sombras.
Muchas veces compramos infinidad de productos por que los vemos anunciados en la televisión, en redes sociales, o porque están de moda, pero en realidad no los necesitamos. Tal vez tengas una piel bonita, pero si empiezas a ponerte miles de productos, llenos de ingredientes tóxicos para tu piel, se puede empezar a resecar, a perder brillo, o comienzan a salirte granitos, alergias, arrugas, etc. Te invito a que la próxima vez que vayas a comprar maquillaje tomes mejores decisiones en beneficio de tu piel y con base en tu estilo de vida personal. No obstante, insistiré en que lo conserves fresco, y te lo quites cada noche.
¿Cuándo fue la última vez que compraste maquillaje? ¿Sigues usando aquel rímel que te regaló tu mamá hace dos navidades? No sé si estás enterada, pero el maquillaje también se descompone. Una de las razones por las cuales los productos pueden ser muy problemáticos es que están llenos de sustancias artificiales que extienden su vida útil mil veces más de lo normal; pero eso no los hace inmortales. Imagínate que, si el conservador extiende la vida útil del producto varios años, cuando empiecen a salirle hongos o bacterias se convertirá en algo súper asqueroso.
Casi cualquier padecimiento cutáneo se agrava por culpa del maquillaje echado a perder. La mayoría de los cosméticos tiene fecha de caducidad. Búscala en la etiqueta y, si ya ha pasado, desecha el producto. Si has tenido el maquillaje tanto tiempo que la fecha de caducidad ya se borró, tíralo a la basura. Si ninguna de esas dos opciones es aplicable, es posible saber si el producto expiró si el olor es muy intenso o tiene consistencia plastosa o más espesa de lo normal. Siempre puedes pasar por una tienda y comparar un maquillaje fresco con el que tienes en casa. Y, para ahorrarte tiempo, ya que estás por ahí comprar el maquillaje fresco.
En cuanto a desmaquillarte, comprendo que los accidentes ocurren. Todos hemos tenido días en los que llegamos a casa del trabajo demasiado exhaustas para recordar lavarnos la cara. Hay días en los que viajamos y no nos da tiempo de correr al hotel a quitarnos el maquillaje del día anterior antes de salir a cenar. Hay noches en las que nos quedamos dormidas en el sofá viendo una película y apenas y podemos pararnos para apagar la tele irnos a la cama. Y, por supuesto, hay noches en las que quitarte el maquillaje no está en tu lista de prioridades cuando llegas a casa.
Comprendo que así es la vida y que no siempre es posible desmaquillarse. Sin embargo, la situación es ésta: si al día siguiente despiertas con una erupción, el maquillaje rancio será el culpable. En lo personal, diría que el maquillaje de muchas horas es la principal causa de erupciones en pieles que por lo regular no exhiben otros problemas. Piénsalo: el objetivo del maquillaje es cubrir la capa exterior de la piel de modo que la gente vea la pintura y no a ti. Cuando te dejas puesto durante demasiado tiempo, permites que esas sustancias permanezcan en tu cara todo el día, a veces toda la noche, y cuando no te lo quitas por completo no haces más que acumular capas.
Aunque quizá hayas oído la leyenda urbana de la mujer a la que se le cayeron las pestañas por dejarse el rímel toda la noche, el maquillaje de ojos es quizás el menor de tus preocupaciones. Si vas a elegir algo en que enfocarte y atender, quisiera pedirte que comenzarás por la superficie de la cara; es decir, la base, el polvo, el rubor, el corrector. Tomate tu tiempo para desmaquillarte. Necesitas asegurarte de masajear bien tu piel y eliminar todo rastro de maquillaje. El desmaquillante no debe provocarte erupciones, pero si el tuyo te irrita, elimínalo. Por lo regular, no basta con usar desmaquillante; también debes lavarte la cara después. Cuanto más intenso sea el maquillaje (si te pones al menos dos capas o usas maquillaje diseñado para sobrevivir a una guerra), más fuerte debe ser tu desmaquillante. Por ejemplo, este es uno de los pocos casos en los que recomendaré que uses un limpiador facial jabonoso de origen natural. La espuma te ayudará a disolver el maquillaje de modo que sea más fácil de quitar con agua.
Si te sorprende que tu desmaquillante quite todo de un jalón, revisa qué le da esos superpoderes. A veces un poco más de esfuerzo equivale a una piel más sana. Esto ocurre sobre todo en el caso del desmaquillante, pues lo más potentes suelen estar saturados de alcohol y sustancias artificiales que rodean (y a veces se meten) tus ojos, una de las partes más sensibles de tu cuerpo. Ten en cuenta que, cuando te frotas los párpados para desmaquillarlos, el maquillaje se te mete a los ojos, así que no asumas que el ardor es provocado por el desmaquillante. Aunque es importante que le imprimas cariño a este paso, quitarte el maquillaje no necesita ser una labor eterna. Sin duda hay desmaquillantes naturales maravillosos en el mercado. Busca alguno a base de aceite, sobre todo si usas maquillaje a prueba de agua. Hasta tu crema para los ojos o un solo ingrediente como aceite de argán puede servir como desmaquillante. También puedes usar algún humectante facial de excelente calidad, o en todo caso unas gotas de aceite de oliva sobre un algodón. He aquí otros ingredientes esenciales de tu alacena que recomiendo para quitarte el maquillaje:
Aceite de oliva, aceite de coco, aceite de semilla de uva y aceite de aguacate
Puedes utilizar cualquiera de estos aceites por sí solo, o puedes mezclar varios y aportarle más nutrientes a tu piel. Tampoco necesitas preocuparte por quitártelos después con agua y jabón; basta con que retires todo el maquillaje y el algodón salga limpio. No obstante, si te pusiste 20 capas de maquillaje para alguna ocasión especial, después de desmaquillarte lávate la cara con algún limpiador jabonoso.
Sé que no dejarás de usar maquillaje y que siempre habrá noches en las que preferirías morir antes de pasar tu tiempo quitándotelo. Sin embargo, asegúrate de crear alguna especie de ritual desmaquillante que se vuelva tan normal como cepillarte los dientes y sé constante. Hazlo con tanta frecuencia como sea posible. Piénsalo como una forma de darle un respiro a tus poros; imagina que, mientras duermes, tu piel se desintoxica. Es como presionar el botón de reinicio, de modo que despiertes fresca al día siguiente. Tener la piel limpia a la hora de dormir resolverá más problemas cutáneos de lo que te imaginas.
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