Los padres de Héctor Miguel Garnica estaban cenando en el restaurante donde su hijo de 27 años trabajaba como cocinero, esperando que regresase de una salida en grupo con motivo del cumpleaños de su esposa, en la que participaron tres generaciones de esa unida familia mexicana.

Mientras comían, recibieron una llamada que hizo que se le viniese el mundo encima: Nueve familiares, incluidos cinco niños y su nuera, no volverían. Y no se tenían noticias de su hijo, que fue arrastrado por el mismo feroz torrente de agua que mató a los demás. Todavía no había sido encontrado el lunes por la noche.

“Una joven familia entera fue arrastrada por las aguas”, expresó el detective David Hornung, de la oficina del sheriff del condado de Gila. “Esta gente está destrozada, es imposible describir lo que sienten”.

Tom Price, gerente de Horny Toad, un restaurant de las afueras de Phoenix, le contó a la Associated Press cómo fue el momento en que los padres recibieron la noticia y partieron al cañón donde se produjo la tragedia.

Price conoce a Garnica desde que tenía 12 años y ha empleado a varios miembros de la familia, a la que le encantaba reunirse con cualquier motivo.

“Son como la Brady Bunch”, declaró Price el lunes, aludiendo a la familia de una serie televisiva. “Muy unidos. Sorprende ver lo unidos que son todos”.

Agregó que Garnica era un hombre honesto, trabajador, dedicado a su familia.

“No tengo nada malo que decir de él. No va a encontrar a nadie en esta ciudad que hable mal de este muchacho”, expresó. Indicó que Garnica había trabajado en todos los restaurants de la ciudad y que “todo el mundo habla muy bien de él”.

La búsqueda de Garnica se reanudó el martes en esta zona montañosa 160 kilómetros (100 millas) al noreste de Phoenix. Voluntarios de todo el estado están colaborando.

“He visto milagros antes”, dijo el detective Hornung.

 

 

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