Durante tres lustros Guadalupe Olivas Valencia, de 44 años, fue deportado tres veces de Estados Unidos. La última ocasión ocurrió el martes 21 cuando decidió quitarse la vida una vez que pisó el suelo de Tijuana.
Datos del Instituto Nacional de Migración (INM) señalan que Olivas es uno más de los 6 mil mexicanos que han sido deportados de Estados Unidos por las garitas de Baja California durante 2017, aunque a 65% de ellos los han regresado por Tijuana.
En promedio, 133 mexicanos han sido expulsados cada día por esta entidad del noroeste de México.
La oficina estadunidense de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) determinó su expulsión de California –donde fue detenido– por la frontera con Tijuana, donde tiene familiares.
Según sus redes sociales, donde hay fotografías de momentos familiares, Guadalupe Olivas cruzó la frontera en más de cinco ocasiones durante 2014. La última imagen es del 12 de diciembre, día de su santo.
Originario de Los Mochis, Sinaloa, Olivas Valencia era viudo desde el 14 de febrero de 2012, padre de dos hijos varones y de una mujer. Un año después fue de paseo a su lugar de origen para visitar la playa de Marivi, y el 10 de agosto pasado estuvo en Tijuana para despedir a sus hijos que viajaron hacia Sinaloa y antes visitaron el parque Morelos.
También se conoció que la esposa de la víctima se encuentra sepultada en el cementerio público municipal El Centenario, en Los Mochis.
A fines del año pasado el indocumentado regresó a esta frontera y posteriormente fue detenido y conducido con esposas metálicas por agentes de la Patrulla Fronteriza, quienes lo deportaron por la garita internacional de El Chaparral ayer a las 8:20 horas, según la constancia de recepción de mexicanos repatriados del INM, versión que fue confirmada por el delegado de Migración, Rodulfo Figueroa.
Un agente del INM aplicó a Guadalupe Olivas una entrevista para allegarse de elementos de convicción de que se trataba de un hombre de nacionalidad mexicana, ya que carecía de documentos de identidad. Para obtener su calidad de repatriado, el migrante dijo ser nacido en Sinaloa el 9 de octubre de 1971.
Salió del área migratoria, caminó hacia el puente peatonal hacia la Zona Norte (área de prostitución y giros negros de Tijuana) y se detuvo a la mitad del pasadizo elevado de 20 metros de altura para luego arrojarse contra el pavimento.
Existen versiones de testigos que trataron de impedir que se lanzara al arroyo de la vialidad, así como de que su deportación se originó por la denuncia de una mujer, aparte de que el migrante estaba angustiado por su expulsión desde Estados Unidos.
FUENTE:PROCESO
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