ESCRITO REALIZADO POR MARLENE ROJAS, COACH EN HÁBITOS.
Actualmente México tiene los niveles más bajos de lactancia materna, los nacimientos por cesárea van en aumento y las madres que lactan son minoría. Tristemente, no se fomenta la lactancia por qué no es negocio para las empresas, y mucho menos si se toma en cuenta que lo ideal es hacerlo por más de un año. Entiendo que hay casos particulares en los que esto no es posible, pero fuera de eso, creo que es lo mejor que puedes hacer por tu bebé. Lo recomendable es hacer seis meses de lactancia exclusiva y llegar al año y medio acompañando con sólidos.
La mayoría de las fórmulas se hacen con leche de vaca, que proviene de animales que consumen hormonas, antibióticos y granos transgénicos, y todo eso va a la leche que le das a tu hijo directamente. Esto puede provocarle alergias, inflamación, cólicos, gases e intolerancias más adelante. Por si no fuera suficiente, tienen más ingredientes en su lista que la leche, como jarabe de maíz y muchos azúcares que solo engordan y no nutren.
Puedes preguntar cómo es esto posible si tu hijo está creciendo perfectamente normal y al contrario, se ve muy saludable y sube kilos rápidamente. Claro, sube por la cantidad de azúcar que contiene la fórmula, por eso vemos infantes de menos de un año con llantitas y los creemos “sanitos”, cuando la salud no se mide en kilos a esa edad. Un niño en lactancia casi siempre será más delgado porque se nutre con lo justo y necesario.
Aún si parece que sólo estoy en contra de las fórmulas, la realidad es que la vida saludable de una persona comienza desde que es bebé, y si empieza con un alimento no diseñado para él, es fácil determinar sus hábitos futuros. Si no se lucha por los hábitos de los niños, ellos van a sufrir las consecuencias de la mala o poca información que hay.
Éstas son las principales recomendaciones del UNICEF y la OMS para la alimentación óptima del lactante y el niño pequeño:
- Inicio inmediato de la lactancia materna en la primera hora de vida.
- Lactancia exclusivamente materna durante los primeros seis meses de vida.
- Introducción de alimentos complementarios seguros y nutricionalmente adecuados a partir de los seis meses, continuando con la lactancia materna hasta los dos o tres años.
Aunque existen diversas creencias equivocadas al respecto y mitos basados en opiniones, no en hechos, es prácticamente imposible que una madre no tenga la capacidad de producir leche, sólo se debe respetar la demanda del bebé. Existen muy pocas patologías maternas que pueden afectar realmente a la producción de leche (un hipotiroidismo no tratado, la resistencia la insulina, la hipoplasia mamaria, entre otras), pero la mayoría de los casos en que se ve afectada la producción es por un estímulo inadecuado del bebé al pecho, lo cual puede darse por un mal agarre, una succión disfuncional, la introducción temprana de chupones y biberones, dar el pecho con horarios muy estrictos, etcétera. Entre los principales mitos se encuentran:
Solo me agarra de chupón. Los patrones de succión del niño varían de acuerdo con sus necesidades. El niño muestra una succión nutritiva y otra de consuelo, que es justamente la que crees que está mal. Un bebé llega a este mundo con tantos estímulos, que lo estresan, así que él también quiere paz y tranquilidad, y la encuentra contigo. La lactancia da alimento, pero también da consuelo, amor, contacto, seguridad. Para el bebé, alimentarse tanto física como emocionalmente es igual de importante.
Si estás lactando, no puedes comer muchas cosas y debes llevar una dieta muy especial para que no le den cólicos al niño. Es muy frecuente escuchar que la madre que amamanta debe cambiar toda su alimentación para no cambiar el sabor de la leche y para no producirle gases al bebé, pero lo que realmente da cólicos en ciertos casos es la lactosa de vaca, y lo único que se debe limitar en la dieta es el consumo de refrescos, cafeína y alcohol. Los demás alimentos pueden ingerirse, y si bien es una realidad que la leche cambia de sabor y color por la dieta de la madre, esto no significa que el bebé no lo acepte. El bebé se adapta a alimentarse con una leche con diferentes sabores y esto lo entrena para lo que será su comida en el futuro.
No tenía buena leche. Cuando comienza el bebé con la succión, la primera leche que sale tiene una apariencia blancuzca o transparente, lo que es totalmente normal. Al final de esa misma toma ya saldrá más espesa y blanca.
Después de los seis meses la leche ya no sirve. La OMS recomienda de dos a tres años de lactancia, lo que sería raro si no tuviera un valor nutricional, ¿cierto? Aun cuando el bebé consuma otros alimentos, la leche materna sigue siendo importante para reforzar su sistema inmunológico y su desarrollo cerebral. Así que no solo sirve de mucho, sino que no hay algo que la reemplace nutricionalmente.
Para producir leche, toma leche. Para producir leche, lo único que realmente funciona es la succión frecuente. No hay tés, aguas, jugos ni nada que te haga producir leche si el bebé no toma lo suficiente, ya sea por imponerle horarios o por completar con fórmula. Cada onza de fórmula que le des será una onza menos que produzcas. Una alimentación alta en frutas y verduras, agua natural y proteínas de calidad ayudarán a que se nutran tanto la madre como el bebé, mientras que los lácteos en realidad pueden provocar alergias en el bebé y es mejor limitarlos.
Si le das a libre demanda será un niño muy dependiente. La dependencia es una característica de los bebés y de los niños pequeños. Si uno quiere un bebé o un niño independiente, entonces es error de los padres, ya que esto no puede ser. El bebé es inmaduro desde el punto de vista fisiológico y psicológico. El pecho a demanda es lo que naturalmente se debe dar para satisfacer las necesidades de los bebés, nada más ni nada menos.
Tengo que completar. Si produces poco, es porque el niño requiere poco. La naturaleza opera bajo la ley de mayor eficiencia, y la verdad es que no va a producir de más si el bebé sólo consume cierta cantidad. Un recién nacido tiene un estómago del tamaño de una cereza o una nuez, y al mes es del tamaño de un huevo, entonces, ¿por qué producirías mucha, como se cree que debería ser? El bebé llora porque los bebés lloran para comunicarse. El bebé va a pedir porque quiere estar contigo y quiere que produzcas más. Hay etapas que se llaman brotes de crecimiento, en las que el bebé crece de un jalón y necesita más leche para esos días, así que tú crees que no se llena porque pide más a menudo, pero realmente está asegurando el abasto para su crecimiento. Completa sólo porque así lo requieras, pero no porque pienses que no tienes suficiente leche. Puede haber casos especiales en los que, tal vez, haya alguna enfermedad que impida la lactancia por ciento tiempo, el trabajo no lo permita o se presenten otras causas de fuerza mayor, sólo es importante tener presente que si no quieres lactar exclusivamente, estás en tu derecho de no hacerlo, pero no pienses que no tienes la leche o la capacidad suficiente.
Se queda con hambre. De manera equivocada, únicamente asociamos el llanto del bebé con hambre. Si bien es una de las cosas que nos quiere comunicar, también expresa muchas más que no tiene nada que ver con si se llena o no. El bebé tiende a calmarse cuando ya está tomando leche y se asume que lo que tenía era hambre, pero realmente quería a su mamá su consuelo y seguridad.
Al dejar atrás estos mitos, puedo decirte que la fórmula para tener un bebé saludable es no darle fórmula. Estoy hablando de las situaciones controlables y no de las excepciones, por supuesto. Me refiero a los casos en que las mamás, de haber tenido la opción de lactar el tiempo que quisieran, lo abandonan por recomendación de su familia, amistades, cursos prenatales o profesionales de la salud, ginecólogos y pediatras.
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