Ciudad de México.-Esther tiene 85 años de edad y está sola en la vida –ninguno de sus familiares vive–; su casa está intestada, derrumbándose y el apoyo que le brinda la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) lo utiliza para pagar la deuda del predial. Cuando tenía 30 años, un médico le amputó un seno por equivocación, y eso le cambió la vida.
Siendo hija única, Doña Esther camina como miles de personas de la tercera edad en México: en medio de la soledad, la incertidumbre y la pobreza. Lleva viviendo sola 20 años desde que murió su padre, en 1999: él con 94 años de edad, ella con 64; después de eso, Esther quedó sola en el mundo.
Antes de trasladarse a Saltillo, la madre de Berenice recibía en su casa –allá en Torreón– a Esther, con quien compartía alimentos y compañía.
La mujer de 85 años vive en la más completa soledad y el dinero que recibe de la Sedesol –mil 160 pesos bimestrales– es destinado para el predial; hay días en los que sólo bebe café y come pan.
Cuando Esther tenía 30 años, un médico aseguró haberle detectado una “bolita” en el seno derecho, diagnosticándola con cáncer, por lo que se lo tuvieron que amputar. Después de un tiempo, los médicos se dieron cuenta de que le habían amputado el seno a la persona equivocada.
Esther estudió para ejercer el secretariado, pero al final eligió atender la panadería de sus padres, negocio que dejó de funcionar conforme sus padres iban envejeciendo. A sus 64 años, ella trabajaba como mesera para solventar las necesidades de su padre.
Berenice es la mujer que, junto con Laura Cázares y Sandra Pineda, dieron difusión al caso de Don Ramón, el hombre de la tercera edad que velaba en soledad a su esposa en una capilla de Saltillo. Gracias a ello, decenas de ciudadanos respondieron al llamado de ayuda.
Ahora, Berenice, Laura y Sandra piden apoyo a los ciudadanos y autoridades para atender el caso de Esther.
Están preocupadas, pues temen que por desnutrición el estado de salud de Doña Esther se vea afectado. La mujer, con el paso del tiempo, ha perdido la totalidad de sus dientes, por lo que no puede comer cualquier alimento.
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