ESCRITO REALIZADO POR MARLENE ROJAS, COACH EN HÁBITOS ALIMENTICIOS; EN COLABORACIÓN PARA SEMANARIO PUNTO Y APARTE.
No necesitamos ser profesionales de la salud para alimentar a nuestros hijos saludablemente. Es cuestión de usar alimentos naturales y mandarles lo que más les gusta, lo que sí se comen, respetando sus preferencias individuales. Quien no hace algo por la buena, menos lo hará por la mala. Cuando algo no les guste comer a tus hijos, respeta que no les gusta y punto.
Lo ideal es que prepares su almuerzo con la comida o cena que hayas preparado para toda la familia. Si tienes arroz, por ejemplo puedes hacerle albóndigas de arroz, acompañarlas con aguacate y verduras, agregar un huevo cocido y ¡listo! Armar su almuerzo para la escuela puede ser tan fácil como tú quieras. Comienza con lo que ya tienes; la idea es que te habitúes a preparar todo en casa, a cambiar de ingredientes y a darle a tu hijo cosas que sí se coma. Mientras más lo limites a un menú especial, más te complicarás tú.
El empaque es una parte muy importante para que todo llegue en buen estado y se le antoje más. Nadie quiere comerse un sándwich húmedo mezclado con el jugo de limón de las verduras con chile o comerse una plasta de chilaquiles. Te recomiendo lo más sencillo y básico para el empaque:
- Contenedores de preferencia con 3 secciones
- Moldes pequeños de silicón que te sirvan para dividir
- Un termo de acero inoxidable hermético para las sopas, las cremas y algunos licuados. Conservará la preparación fría o caliente, según sea el caso, y no se derramará.
- Un termo de acero inoxidable para el agua natural. Es muy importante que se acostumbre a tomar agua sola. Las aguas de sabores, con ingredientes naturales, son un extra en el menú de la casa.
Guía y recomendaciones generales para el desayuno
1.- La meta es que puedan comer saludable, variado y delicioso, dentro de tu presupuesto. Siempre incluye en su desayuno:
Verduras. Crudas o al vapor, pero sin condimentos. No te compliques ni te molestes si tu hijo no se las come al principio. ¿Sólo quiere zanahorias? Mándale zanahorias por ahora; después podrás combinarlas con pepino y jícama. ¿No se las comió? insiste, pero así, poco a poco y sin regañar. Si lo regañas será menos probable que se las coma y habrá más posibilidades de que te mienta. Nadie cambia de hábitos de un día para otro. Empatía y comprensión, nada de imposiciones ni amenazas. Déjalo que cambie a su ritmo. Si tú respetas su proceso, él se sentirá validado y te dará gratas sorpresas con su nueva alimentación.
Frutas. Variadas y de preferencia crudas. Hay frutas que se oxidan, pero se las puedes mandar cocidas o como las prefiera. Lo que buscas es que se las coma, no que te haga caso sin repelar. No es una lucha de poderes. Puedes combinar las frutas con nueces, almendras o con alguna otra semilla si es que le gustan.
Colación. Es la parte más ¨rica¨ del almuerzo, la botana que le quitará las ganas de ir a la tiendita para comprar comida chatarra.
2.- Siempre mándale agua natural. Si apenas está empezando a tomarla, puedes mandarle aguas de sabor hechas en casa. Agua de limón, naranjada, agua de piña, mango, melón, sandía, etc. No te preocupes por ponerle azúcar mascabado o miel de abeja por ahora; sólo agrega un poco y ver reduciendo la cantidad de endulzante con el tiempo.
3.- No incluyas productos comerciales. Tampoco productos que incluyan algo de aditivos.
4.- El empaque y la forma es todo para los niños. Si puedes, dale una forma vistosa y divertida; si no, no pasa nada. Puedes ser creativa sin desgastarte; hasta una quesadilla partida en triángulos es curiosa en lugar de la quesadilla normal. Agrega varios colores entre las frutas y las verduras. También podrías incluir notas recordándoles que los amas, lo inteligentes y fuertes que son, lo mucho que los admiras y lo increíble qué es ser su papá o su mamá.
5.- Si apenas empieza a comer frutas y verduras, considera mandarle poca cantidad para que no desperdicie si lo deja. Poco a poco se irá acostumbrando y un día las consumirá normalmente. Esto es igual que educarlos para decir ¨por favor¨ y ¨gracias¨. Lo repites durante años, hasta que un día lo dicen solos. No desistas. Repetir es parte de nuestro trabajo como líderes y guías. Si no le das opciones saludables diariamente en su almuerzo y en casa ¿cómo quieres que las pruebe y determine si le gusta o no?
6.- Evita los alimentos ultraprocesados. No es solo el tema de que, un poco o mucho azúcar, sino tantos químicos.
7.- Permite que participen en la preparación de su almuerzo. Lo valorarán más, y no pasa nada si se ensucian un poco. Al contrario. Les va a gustar y es un buen momento para estar haciendo cosas para todos. Involucrarlos, hazle preguntas, dales opciones. Es muy diferente decir: ¨Como ya sabes que la fruta es necesaria para tu salud y es muy buena para tu cuerpo, y por eso quiero que la consumas, ¿me puedes decir cuál es tu fruta favorita, la que si te quieres comer, para mandarte ésa?, que decir: ¨Te voy a mandar papaya y quiero que te la comas toda. Donde regreses algo, vas a ver¨. Créeme, los resultados son absolutamente diferentes porque todo está en la forma en que les decimos las cosas.
8.- Puedes incluir proteína animal si tu familia la consume. Recuerda que el consumo preferente es una vez al día y no diario. Recuerda que la proteína vegetal es igual de saludable.
Su salud irá cambiando poco a poco. Considera que un niño saludable no está exento de enfermarse, también algunas enfermedades menores son necesarias para reforzar sus defensas, pero la frecuencia con que se enferme, el tiempo que lo le tome recuperarse y la gravedad de la enfermedad pueden ser completamente distintos si lleva una alimentación saludable. La alimentación de los niños no es cuestión de practicidad, sino de mejorar y conservar su salud.
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