CIEMPIÉS
Los ciempiés pertenecen al Reino Animal, al Orden Invertebrados, al Filo, Artópoda, al Subfilo Miriápoda y a la Clase Chilopoda.
Son artrópodos depredadores terrestres que se caracterizan por presentar el cuerpo deprimido dorsoventralmente y multisegmentado, la mayoría de las veces con 21 segmentos donde la cabeza se encuentra diferenciada del tronco, así como un par de patas por segmento Poseen un par de colmillos o forcípulas por debajo de la cabeza en cuya base se encuentran glándulas de veneno, las cuales se abren camino al exterior por un conducto que desemboca cerca de la punta de las afiladas forcípulas. Al morder, los ciempiés inyectan sus toxinas para someter a sus presas o para defenderse de un potencial depredador. Contrario a lo que dicta la creencia popular, los ciempiés no pican con sus patas caminadoras ni con sus patas traseras, ya que no tienen aparato inoculador en ellas.
El veneno de los ciempiés es una mezcla de compuestos capaz de afectar el sistema nervioso de insectos y pequeños vertebrados paralizándolos e impidiéndoles moverse, o al sistema nervioso autónomo de vertebrados con impacto negativo en la tasa respiratoria, frecuencia cardíaca y el tono muscular. Entre los compuestos tóxicos de su veneno se encuentran péptidos, aminas, proteasas, esterasas, hialuronidasas, histamina, serotonina, entre otros). Al respecto, Undheim & King (2011, Op. cit.) realizaron una revisión completa de las toxinas presentes en el veneno de los ciempiés y su actividad tóxica.
La mayoría de especies de ciempiés descritas están agrupadas en cinco familias: Scutigeromorpha,
Lithobiomorpha,Craterostigmomorpha, Scolopendromorpha y Geophilomorpha. Entre ellas, los escolopendromorfos, son los que con mayor frecuencia están involucrados en casos de mordeduras en humanos, posiblemente porque alcanzan las tallas más grandes dentro del grupo (10 a 30 cm).
Además, por su naturaleza benigna, la mayoría de los casos de mordeduras y envenenamientos nunca son registrados por los hospitales o los médicos. A pesar de lo anterior, se han registrado decesos como resultado de infecciones secundarias más que por el propio envenenamiento. Sin embargo, algunas muertes por envenenamiento se han documentado en Filipinas, las islas Rodríguez y Tailandia, así como Venezuela según la Universidad de Oriente, Venezuela.
Por otra parte, cuando un ciempiés muerde, la mordedura se describe como la sensación de penetración por una aguja hipodérmica y, en el sitio de la herida, se pueden apreciar dos marcas de punción, con o sin hemorragia. Prácticamente, todos los envenenamientos causados por ciempiés se caracterizan por presentar los siguientes síntomas: dolor inmediato, quemante y localizado que varía en intensidad de insoportable a leve y que, en algunas ocasiones, irradia a otras partes del cuerpo; inflamación localizada; eritema; así como complicaciones frecuentes relacionadas con la mordedura como necrosis, parestesia, letargia, sensación quemante alrededor de la mordedura, sudoración en el área afectada, aumento de la frecuencia respiratoria, arritmia, fiebre, ansiedad, condición de estupor, mareo y nausea.
En México se conocen 182 especies de ciempiés. Su distribución se observa en casi todo el territorio nacional y se han registrado especies de escolopendromorfos con tallas superiores a los 10 cm (Cupul-Magaña, 2009. Dugesiana. . En su veneno se han aislado compuestos potencialmente tóxicos (Muñoz-Andrade et al., 2005. Aislamiento y caracterización del péptido responsable de la actividad hialuronidasa presente en el veneno del ciempiés (Scolopendra viridis Say, 1821)..
Purificación y caracterización de la proteína responsable de la actividad hialuronidasa presente en el veneno del ciempiés (Scolopendra viridis Say, 1821). Como se demuestra en las conclusiones del Trabajo de tesis para el grado de Maestría, de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos. Cuernavaca, México; de González-Morales et al.,
El objetivo de este trabajo antes descrito, fue documentar, por primera vez para México, cuatro casos de mordedura por ciempiés sobre humanos en distintas localidades del país y así contribuir al conocimiento de la interacción entre las personas y este grupo de artrópodos potencialmente nocivos y de importancia médica en ambientes urbanizados.
Se estudiaron cuatro casos de personas mordidas por Ciempiés. La documentación de tres de los cuatro casos se realizó a partir de la extracción de información de los testimonios directos de dos pacientes y el relato de un testigo de hechos. Estos casos sucedieron el 30 de mayo del 2015 en la ciudad de Puerto Vallarta, Jalisco, en noviembre del 2008 en un bosque de pino de la localidad de Cruz de Mujer, municipio de Omitlán de Juárez, Hidalgo, así como en el año de 1998 en el municipio Izúcar de Matamoros. El cuarto caso correspondió al trabajo clínico realizado el 6 de junio de 2015 en las instalaciones del Centro Toxicológico del Hospital Ángeles Lomas en Huixquilucan de Degollado, Estado de México.
Así, de manera general, se concluyó en ellos que el protocolo a seguir en los casos de víctimas por mordedura de Ciempiés es identificar al ciempiés agresor de ser posible; pero inmediatamente lavar la herida con agua y jabón, aplicar hielo o compresas, administrar analgésicos y anestésicos locales subcutáneos, prescribir tratamiento de antibióticos y aplicar vacuna antitetánica (Alexander, 1984. Op. cit.).
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