Oksana B, una niña de 12 años, murió al caer desde el piso 17 de un edificio después de trepar cerca de una cornisa para tomar una “selfie extrema”, en Rusia.

La chica se habría subido a una barandilla y luego envió la foto a su mejor amiga antes de perder el equilibrio y caer, dijo la policía.

Los informes indicaron que su amiga vio la fotografía, fue tomada en un lugar peligroso y, a pesar de tratar de llamarla, Oksana nunca contestó.

La colegiala fue encontrada por un transeúnte que llamó a la policía; antes le había dicho a su madre que iba a dar un paseo.

Los llamados “selfies extremos” -donde las personas toman fotografías en situaciones de riesgo- se han convertido en una locura en muchas partes del mundo.

El problema se hizo tan severo en Rusia que el gobierno lanzó una campaña para advertir de los peligros.

Un estudio encabezado por el estudiante de doctorado Hemank Lamba señala que en 2014 murieron en el mundo al menos 15 personas tratando de tomarse un selfie.

Para 2015 el número subió a 39 y tan solo en los primeros ocho meses de 2016, el número de casos llegó a 73.

El primer caso del que se tiene registro ocurrió en marzo del 2014, y un caso parecido, fue el de Andrey Retrovsky, un joven ruso de 14 años murió tras caer de un noveno piso al intentar tomarse una peligrosa fotografía en agosto del año pasado.

Vía BBC