El pasado viernes 12 de febrero, el Papa Francisco, quien dentro de las creencias católicas es el representante de Jesucristo en la tierra, llegó a México, y concluyó su gira el día 17. Durante estos días ofició misas en diversos puntos del país, en donde dio mensajes de paz y aliento hacia los mexicanos.
El Santo Pontífice estuvo en el Estado de México, en Chiapas para oficiar una misa con las comunidades indígenas de San Cristóbal de las Casas, en Michoacán y Ciudad Juárez, donde también visitó un penal, reuniéndose con 700 internos, entre ellos 250 mujeres.
Momentos más tarde, celebró una misa de despedida en la misma ciudad, y habló acerca de las injusticias que se cometen contra los migrantes de dicha zona fronteriza.
Al concluir con la ceremonia, millares de mexicanos lo despidieron cuando tomó el avión de regreso hacia Roma, y entre los presentes destacó la presencia del Presidente Enrique Peña Nieto junto con su esposa Angélica Rivera Hurtado y gran parte de su gabinete. Un momento impactante antes de partir, fue que algunos niños esquivaron las vallas de seguridad para correr hacia el Papa Francisco para recibir su bendición y abrazarlo, además de tomarse una fotografía con él, motivo por el cual entre la prensa recibió el apodo “El Papa de las selfies”.
En su estadía por la República Mexicana comentó frases que quedaron muy grabadas en la mente de los creyentes, y que sin duda alguna harán historia…“Me he sentido acogido, recibido por el cariño, la fiesta, la esperanza de esta gran familia mexicana. Gracias por haberme abierto las puertas de sus vidas, de su Nación. Sentí ganas de llorar al ver tanta esperanza en un pueblo tan sufrido”.
– Mensaje a las autoridades del país, respecto a su responsabilidad para lograr el bien común: “La experiencia nos demuestra que cada vez que buscamos el camino del privilegio o beneficio de unos pocos en detrimento del bien de todos, tarde o temprano, la vida en sociedad se vuelve un terreno fértil para la corrupción, el narcotráfico, la exclusión de las culturas diferentes, la violencia e incluso el tráfico de personas, el secuestro y la muerte, causando sufrimiento y frenando el desarrollo”.
– En Chiapas habló ante cientos de indígenas y criticó el despojo y la exclusión en el país respecto a ese grupo social: “Muchas veces, de modo sistemático y estructural, sus pueblos han sido incomprendidos y excluidos de la sociedad. Algunos han considerado inferiores sus valores, sus culturas y sus tradiciones. Otros, mareados por el poder, el dinero y las leyes del mercado, los han despojado de sus tierras o han realizado acciones que las contaminaban. ¡Qué tristeza! Qué bien nos haría a todos hacer un examen de conciencia y aprender a decir: ¡Perdón!, perdón hermanos. El mundo de hoy, despojado por la cultura del descarte, los necesita a ustedes”.
– En Morelia, estado de Michoacán, habló durante una misa sobre la tentación de caer en la resignación ante los problemas sociales: “¿Qué tentación nos puede venir de ambientes muchas veces dominados por la violencia, la corrupción, el tráfico de drogas, el desprecio por la dignidad de la persona, la indiferencia ante el sufrimiento y la precariedad?… Creo que la podríamos resumir con una sola palabra: resignación. Y frente a esta realidad nos puede ganar una de las armas preferidas del demonio, la resignación”.
– A los obispos les habló sobre el rechazo a la opacidad y el materialismo en la iglesia católica: “No le tengan miedo a la transparencia. La Iglesia no necesita de la oscuridad para trabajar. Vigilen para que sus miradas no se cubran de las penumbras de la niebla de la mundanidad; no se dejen corromper por el materialismo trivial ni por las ilusiones seductoras de los acuerdos debajo de la mesa; no pongan su confianza en los ‘carros y caballos’ de los faraones actuales”.
– En Ecatepec, Estado de México, el papa dijo durante su homilía: “Hermanos y hermanas, metámoslo en la cabeza: con el demonio no se dialoga, no se pueda dialogar porque nos va a ganar siempre, solamente la fuerza de la palabra de Dios lo puede derrotar”.
– En el estadio José María Morelos y Pavón en Morelia, Michoacán, el papa se molestó porque una persona lo jaló y lo hizo quedar encima de una persona con discapacidad, así que le gritó: “¿Qué te pasó? ¡No seas egoísta! ¡No seas egoísta!”.
– A los jóvenes michoacanos les pidió no perder la esperanza pues son la riqueza de México: “La riqueza la llevan adentro, la
esperanza la llevan en su interior, pero no es fácil, faltan oportunidades de trabajo y de estudio, aunque no me voy a cansar de decirlo, ustedes son la riqueza de México, Jesús nunca nos invitaría a ser sicarios, sino que nos llama a ser discípulos, amigos”.
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