Una mesera de un restaurante de New York se sorprendió al enterarse que uno de sus clientes le dejó una propina de 50,000 mil dólares en su testamento.

La empleada Maureen Donohue-Peters, recibió este regalo por parte de Robert Ellsworth, un comerciante de arte y cliente continuo del restaurante.

Empleados del lugar comentan que él asistía casi todos los días, hasta dos veces, por más de 50 años. Maureen dijo que más que un cliente, era un querido amigo.

De acuerdo a un obituario en The New York Times, Ellswoeth falleció en agosto a la edad de 53 años.