ABSCESOS ABDOMINALES
Un absceso es una bolsa de pus, generalmente causada por una infección bacteriana.
• La mayoría de las personas tienen dolor abdominal constante y fiebre.
• La tomografía computarizada u otra prueba de diagnóstico por la imagen pueden distinguir un absceso de otros problemas.
• El tratamiento incluye el drenaje del material purulento del absceso y la administración de antibióticos.
Los abscesos abdominales se pueden formar debajo del diafragma (músculo de la respiración que divide el tórax del abdomen), en la parte media del abdomen, en la pelvis o detrás de la cavidad abdominal. También pueden formarse en el interior o alrededor de cualquier órgano abdominal como los riñones, el bazo, el páncreas, el hígado o la próstata. Los abscesos que no se tratan pueden crecer y dañar los vasos sanguíneos y los órganos cercanos. A veces, las bacterias entran en el torrente sanguíneo (septicemia) y se diseminan a órganos y tejidos distantes. Dicha difusión puede ser fatal.
CAUSAS
En algunas ocasiones los abscesos abdominales son causados por la perforación del intestino debida al cáncer, una úlcera o a una lesión.
Son causas más frecuentes la propagación de la infección o la inflamación provocadas por afecciones tales como apendicitis, diverticulitis, enfermedad de Crohn, pancreatitis o enfermedad inflamatoria pélvica.
A veces, los abscesos se forman tras una lesión o una intervención quirúrgica abdominal.
SÍNTOMAS
Los síntomas específicos de los abscesos abdominales dependen de la localización del absceso, pero la mayoría de las personas tienen molestias o dolor constantes, sensación de malestar general y a menudo fiebre. Otros síntomas incluyen náuseas, falta de apetito y pérdida de peso.
Se puede formar un absceso debajo del diafragma cuando el líquido infectado, por ejemplo de un apéndice perforado, se desplaza hacia arriba por la presión de los órganos abdominales y la succión producida por los movimientos del diafragma durante la respiración. Los síntomas pueden incluir tos, dolor al respirar, dolor torácico y dolor en un solo hombro. En este caso, el dolor que se siente en un hombro es un ejemplo de dolor referido (dolor que se siente en una zona del cuerpo que no se corresponde exactamente con la zona en la que se encuentra el problema). El dolor referido se produce porque el hombro y el diafragma comparten los mismos nervios, lo que hace que el cerebro interprete el origen del dolor de manera incorrecta
DIAGNOSTICO
• Pruebas de diagnóstico por la imagen
• aspiración con aguja
El médico puede fácilmente equivocarse en el diagnóstico de un absceso porque los primeros síntomas suelen ser imprecisos y leves y pueden confundirse con problemas menos serios y más frecuentes.
Cuando el médico sospecha la presencia de un absceso, suele realizar una tomografía computarizada (TC) del abdomen y de la pelvis o, a veces, una ecografía, radiografías del abdomen y del tórax o una resonancia magnética nuclear (RMN) en caso de que el resto de los estudios complementarios no den una imagen clara de lo que esperamos. Estas pruebas pueden ayudar a distinguir un absceso de otros problemas, así como a determinar el foco, el tamaño y la localización de un absceso.
Para establecer un diagnóstico definitivo y tratar el absceso, a veces insertamos una aguja a través de la piel para extraer una muestra de pus del absceso (aspiración con aguja) y colocamos un drenaje. Para guiar la posición de la aguja, utilizamos una TC o una ecografía. A continuación, la muestra se examina en el laboratorio para identificar el microorganismo responsable de la infección, lo que permite elegir el antibiótico más eficaz.
PRONOSTICO
Los abscesos abdominales pueden causar la muerte en cerca del 10 al 40% de los casos. La causa del absceso y el estado clínico general de una persona afectan el pronóstico más que la naturaleza específica y la ubicación del absceso.
TRATAMIENTO
• Drenaje de pus
• Antibióticos
En la práctica totalidad de los abscesos abdominales, el material purulento debe drenarse, bien por cirugía, bien mediante una aguja y una pequeña sonda flexible (catéter). Para guiar la posición de la aguja y el catéter, utilizamos una TC o una ecografía. Una vez que estamos seguros de que la aguja y el catéter han alcanzado el absceso, la aguja se retira pero se deja el catéter en su lugar. El material purulento drena a través del catéter, por lo general durante varios días o semanas.
Por lo general, se utilizan antibióticos junto con el drenaje para evitar que la infección se propague y para ayudar a eliminar completamente la infección. Los análisis del material purulento realizados en el laboratorio identifican al microorganismo responsable de la infección, lo que permite elegir el antibiótico más eficaz. Es raro que los antibióticos curen un absceso sin drenaje.
Si el absceso no se puede alcanzar de modo seguro con una aguja y el catéter, puede ser necesaria la cirugía. Una vez drenado el absceso, el foco de la infección también se trata quirúrgicamente. Por ejemplo, si el absceso es causado por una perforación (agujero) en el colon, se puede extirpar esa parte del colon.
Es importante mantener una nutrición adecuada. Si las personas no pueden comer debido al absceso o a la causa del absceso, pueden recibir alimento a través de un tubo (lo que se denomina nutrición enteral por sonda) o a través de una vena (lo que recibe el nombre de nutrición parenteral).
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