Entre 2017 y 2018 han sido asesinados 43 agentes del orden, cuatro de ellos eran mujeres; 32 fueron elementos de policía municipal, ocho elementos de la PGJE y dos agentes estatales, además de seis de policías desaparecidos, incluido un policía federal y cuatro ataques armados a instalaciones policiales.

Del total de fallecidos, 11 de estos habrían ocupado cargos importantes en la estructura policial, incluidos Juez de control, agente del Ministerio Público, comandantes y directores de policía, además de una secretaria de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).

Pese a estas cifras y los conatos de huelga en el interior de las filas de las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado (FPSE), la Secretaría de Seguridad Pública estatal (SSP) no reconoce que exista un problema de violencia contra los elementos.

Por su parte la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) ve con buenos ojos la permanencia de la Policía Militar en Guanajuato, pues para ellos es evidente que las corporaciones fueron rebasadas.

POLICÍAS, BAJO ATAQUE CONSTANTE; NO RESPETAN NI SUS RANGOS

Desde 2017 la violencia se recrudeció en el estado, registrando un total de 1 mil 96 homicidios dolosos, de ellos se desprenden los 43 homicidios de personas que trabajan en las corporaciones policiales y 6 agentes desaparecidos, todos menos uno, en sus días de descanso.

Según los datos recabados por Zona Franca, fallecieron en ataques armados varios jefes: el Director de Policía Municipal y Director Operativo de Celaya, el Director de Policía de Apaseo el Grande, el Director Operativo de Irapuato.

También fallecieron comandantes de la policía municipal de Comonfort, San José Iturbide y Salvatierra.

A ellos se suma la muerte de una Juez Calificadora de Apaseo el Alto, una secretaria de la PGJE en Irapuato y una agente del Ministerio Público.

En el estado de Guanajuato existen 6 casos documentados de policías de los que se desconoce su paradero: 4 eran oficiales del municipio de Celaya y la desaparición de un policía federal en Irapuato, todos ellos estaban en su día de descanso cuando fueron reportados como no localizados. Uno más, elemento del municipio de Irapuato, fue privado de su libertad mientras iba rumbo al trabajo. Hasta la fecha su paradero sigue desconocido.

Derivado de su labor, los policías se encuentran a merced del hampa, algunos fallecieron en “igualdad de circunstancias”, es decir, en cumplimiento de su deber y con la oportunidad de defenderse, otros tantos fueron acribillados y otros más fueron desaparecidos.

Celaya ocupa el primer lugar en desaparición de elementos: el 12 de julio de 2017, César Higareda conducía su automóvil acompañad de su hijo en Celaya, un comando se lo llevó; el 18 de septiembre del mismo año, Diego Armando Ramírez fue abordado a la fuerza a un vehículo mientras vendía tamales.

En 2018 también han desaparecido elementos, el primer caso ocurrió el 29 de marzo, el oficial Eduardo “N” estaba en su domicilio del Fraccionamiento Campo Azul cuando un comando lo sacó de su casa; el último caso fue el de Andreí Ramírez quien fue abordado a un automóvil en la colonia Geovillas de los Sauces.

En tanto que en Irapuato, el 25 de octubre de 2017, el policía Adrián Valtierra fue llevado a la fuerza por un comando armado que simuló un accidente vial con él; horas más tarde la camioneta que usaron para llevárselo fue encontrada cerca de la región militar. Meses antes, el 17 de marzo de 2017, en el mismo municipio, un elemento de la Policía Federal salió del destacamento para disfrutar unos días de asueto, no llegó a su casa ni regresó a las instalaciones, se presumió una desaparición; el automóvil que conducía tampoco fue localizado

En Salamanca ocurrió un hecho de desaparición con fatales consecuencias: el 18 de agosto de 2017, los agentes municipales Juan Manuel Vergara Rojas de 45 años de edad, Martín Alberto García Ortega de 44 años de edad y Luis Ángel Reséndiz Muñoz de 31 años de edad, fueron raptados por un comando armado en la comunidad salmantina de Valtierrilla, horas después fueron encontrados sin vida. Sobre el hecho se filtró un vídeo donde un comando armado los torturaba y ellos decían que mandos policíacos estaban inmiscuidos con el crimen organizado.

 

Fuente Sin Embargo