La localidad de Oimiakón, ubicada en la región rusa de Yakutia, considerada el lugar habitado más frío del mundo, entró en estado de alerta máxima por el frío.

Lo anterior, debido a que durante los últimos días, el termómetro descendió hasta los 62 grados bajo cero.

“A fin de garantizar la seguridad de la población en el territorio de la República de Sajá (Yakutia) durante la fuerte bajada de las temperaturas, la comisión decidió activar el estado de alerta elevada”, indicaron las autoridades.

En 1993, esta región marcó -67,7 grados centígrados a causa de un intenso frío.