Saber que su hijo José puede morir en un año propició que Camelia Luque López publicara en su cuenta de Facebook que subastará su riñón con tal de conseguir el dinero necesario para cubrir el tratamiento con el que espera prolongar y salvar la vida de su pequeño.
José tiene 13 años y sufre de glioma del tallo cerebral infantil, un tumor cancerígeno conectado a la médula espinal, atrás del cuello, que altera ambos hemisferios de ese órgano y el sistema nervioso.
José comenzó con fiebre, vómitos, caídas repentinas y cansancio extremo. A partir de marzo bajó más de 10 kilos, desarrolló estrabismo en el ojo izquierdo, la boca se le empezó a enchuecar, la mitad del cuerpo a paralizar y presentó hidrocefalia, por lo que fue necesario incrustarle una válvula para sacar el líquido. También sufre episodios inesperados de ira caracterizada por gritos y golpes.
“Yo antes no era peleonero, ahora cambié; me enojo y no sé por qué, quiero saber qué me enoja. Quiero crecer y convertirme en doctor para ayudar a otros niños como yo”, dijo José en entrevista.
Un año de vida
Si bien a José no le han practicado una biopsia por falta de insumos y de dinero, los médicos tratantes que recomendaron 28 sesiones de radioterapia y quimioterapia coincidieron en que se trata de uno de los tumores más agresivos, complejos y raros, con mal pronóstico e imposible de operar para hacer una resección completa.
El tratamiento controló su condición, pero hizo que el tumor dejara de crecer; mide más de 2 centímetros. “Los médicos me dijeron que no es posibles operarlo. Un pediatra lo único que me dio fue una estampa de San José, que encomendara a mi hijo a él porque es muy milagroso”, aseveró Luque López tras detallar que esa sugerencia la recibió de un especialista en pediatría del Hospital General Zona 32.
Luego de batallar en diversos hospitales, incluso de acudir al del Ejército en Ciudad de México, encontró que en la Clínica 019 de la Asociación Mexicana de Asistencia a Niños con Enfermedades Catastróficas (Amanec), en Monterrey, existe una posibilidad, ya que cuenta con personal altamente capacitado en padecimientos complejos, aunque un consejo médico debe valorar el caso para determinar si procede.
“Tendría que mudarme a Monterrey, pero me aclararon que se trata de un tratamiento muy costoso, de más de un millón de pesos, y que lo iba a valorar allá trabajo social. Yo no tengo ese dinero, mi casa no lo vale y si salgo a botear no lo juntaría, es muy poco el tiempo que tengo… Por eso me dije: ‘Bueno, ¿qué tienes? Un riñón, estás bien, pues hay que venderlo”, refirió la madre de 39 años.
Sin opción
A pesar de que la venta de órganos es ilegal en México, cuando Luque López subió la publicación de la subasta en Facebook el lunes 13 de noviembre, de inmediato recibió ofertas. “Hasta ahorita llevo 16. Hay de Estados Unidos, Guerrero, Ciudad de México, Guadalajara, Mazatlán, Guamúchil, Sonora y Guasave”.
Luque López está consciente que corre un gran peligro, de hecho, dice que hay gente que se ha presentado en su casa, aún cuando no ha hecho pública su dirección. También sabe que la venta de órganos es ilegal, cae en la categoría de tráfico.
Pero para ella, dijo, ya no hay opción. “La subasta se va a llevar a cabo en cuanto me digan los gastos totales, incluyendo estancia y tratamiento. Haré un grupo de WhatsApp con todos los interesados, pondré la cantidad y comenzará la subasta”.
Con los interesados, aclaró, sostiene pláticas sobre cuestiones básicas. “¿Qué va pasar si no somos compatibles? Tenemos que hacernos estudios y ser muy cuidadosos”, comentó.
“Estoy consciente de que quienes hacen las leyes son muy buenos para delinquir y lavarse las manos, tener su fuero… Si ellos dicen que yo cometo un delito, yo digo que lo mío es un acto de amor, voy a salvarle la vida mi hijo. Para acabar pronto, digo que no lo voy a vender, sino que lo voy a donar. Señores, hemos aprendido de ustedes”, señaló.
No obstante, la madre de cuatro hijos refirió que cuenta con la tarjeta Banamex Saldazo 4766 8405 9599 5098 y mandó el siguiente mensaje a la población: “Hola soy Camelia Luque, soy madre soltera, he llegado al borde de la desesperación, por eso estoy subastando mi riñón… para unos es delito, para mí es el más grande acto de amor por mi hijo. Ayúdame a no delinquir. Ayúdame a salvar a mi hijo”.
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