Rosa Solís es una de las afortunadas sobrevivientes a la masacre efectuada el pasado domingo en la Iglesia Bautista de Sutherland Spring, al sur de Texas. Devin Patrick Kelley ingresó al recinto abriendo fuego contra los presentes.
La mujer recibió un impacto de bala en su brazo pero su instinto de sobrevivencia la llevó a situarse debajo de un banco y, de esta forma, protegerse de las balas.
El disparo no fue de gravedad y Rosa logró salir del hospital un día después del tiroteo.
Según Mirror, la mujer relató como el tirador entró y se colocó en el pasillo central de la iglesia, desde donde comenzó a disparar al grito de ¡Mueran todos!; en esos momentos las personas sólo “gritaban y lloraban”.
Rosa mencionó que no fue capaz de ayudar a las víctimas, el miedo y su instinto de protección fue mayor.
El esposo de Rosa, Joaquín Ramírez, la acompañaba y relató a la cadena KSAT tener grabado en su mente en momento en que Kelley asesinó con su rifle a los pequeños que lloraban.
La mujer agregó que estuvieron cerca de no asistir a la iglesia, pero logró convencer a su esposo.
Los testigos dieron a conocer que el ataque paró cuando un residente llamado Stephen Willeford intercedió por las víctimas al correr con su arma al recinto. Willeford acudió al lugar tras ser informado por su hija de las detonaciones que escuchó provenientes de la iglesia, el tomó su arma y se enfrentó al tirador comenzando la persecución.
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