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ESCRITO REALIZADO POR MARLENE ROJAS, COACH EN HÁBITOS. 

El consumo regular de jugos de verduras frescas te permitirá obtener más nutrientes de las verduras. Además, alcanzarás con facilidad la meta de comer al menos 30 % (o hasta 50 %) de verduras como parte de tu dieta total. Por si eso fuera poco, el jugo de verduras frescas también es una excelente fuente de agua estructurada.

La jugoterapia, como se conoce en el medio de salud y bienestar, se ha utilizado desde hace mucho tiempo como una poderosa y efectiva herramienta para consumir la cantidad de alimentos frescos frutas y verduras principalmente en la dieta diaria, y así erradicar diversas enfermedades crónicas, pues en su mayoría se deben a deficiencias de nutrientes y altos niveles de toxicidad.

Los jugos de verduras, a diferencia de los licuados, se hacen en extractor, lo que implica que se separe total o parcial mente la fibra (depende del tipo de electrodoméstico que tengas), permitiendo que los nutrientes se absorban de manera rápida y directa, descanse la digestión y esa energía se utilice en otros procesos vitales del organismo.

Además, estoy convencida de que los beneficios de los jugos son clave para una vida radiante y llena de energía, así como para una salud óptima.

Beneficios de los jugos de verduras

Es probable que desees incorporar jugos de verduras a tu plan de salud óptima por tres motivos:

Nutrición. Los jugos te ayudarán a absorber más nutrientes de las verduras. Como consecuencia de años de tomar decisiones alimenticias nada benéficas, muchos padecemos problemas digestivos y la capacidad de nuestro cuerpo para absorber los nutrientes de las verduras está bastante limitada. Hacerlas jugo también ayuda a ¨predigerirlas¨, por lo que recibirás la mayoría de sus nutrientes.

Conveniencia. Aunque la preparación de los jugos requiere cierto trabajo, hay que limpiar y picar las verduras, es posible hacer el jugo de todo un día de una sentada. Después, almacena las porciones que no vayas a consumir de inmediato en frascos de cristal en el refrigerador. Llena los frascos hasta el tope para reducir al mínimo la cantidad de aire contenida, pues ésta puede oxidar y dañar el jugo. Es una presentación ideal para tomarla en cualquier momento o llevarla a cualquier parte. Solo asegúrate de beber el jugo durante las siguientes 24 horas, pues entre más fresco esté, más nutrientes y beneficios te aportará.

 Variedad. Al hacer jugos puedes añadir una gran variedad de verduras a tu alimentación. Muchas personas comen la misma ensalada a diario, lo cual promueve el aburrimiento e incrementa la posibilidad de desarrollar alergias a ciertos alimentos. Sin embargo, al hacerlas jugo puedes beber gran variedad de verduras que por lo regular no consumirías enteras.

Algunas consideraciones

Cuando entres al mundo de los jugos verdes ten en cuenta algunas consideraciones:

Evita tomar jugos como comida completa. A menos de que estés realizando un ayuno especial o un programa de desintoxicación, en general es poco recomendable que uses los jugos como reemplazo de una comida completa. Los jugos de verdura tienen poca proteína y casi nada de grasas, por lo que por sí solos no son una comida balanceada. Se deben consumir en ayunas o con el estómago vacío, el jugo llega a tu torrente sanguíneo aproximadamente 15 o 20 minutos después de tomarlo. Así que no lo acompañes con comida; espera mínimo 30 minutos antes de comer para que los alimentos no interfieran en el proceso de asimilación.

Aunque son una fuente de nutrientes concentrados, tampoco poseen la fibra benéfica de las verduras enteras, lo cual es importante para nutrir a la flora intestinal.

Escucha tu cuerpo. Comienza con jugos de verduras que te guste comer en general. El sabor del jugo debe ser agradable y no causarte repulsión. Escucha a tu cuerpo cuando empieces a tomar jugos. Tu estómago debe sentirse bien durante toda la mañana. Si gruñe, cruje o se hace notar en general, es probable que hayas incluido en tu jugo algo que no debías. Algunas hierbas y hortalizas de hoja verde pueden tener este efecto. Para confirmar si alguno de los ingredientes te causa problemas, elimínalos uno por uno y observa si los síntomas desaparecen. Si el problema se resuelve al eliminar la verdura, reincorpórala y fíjate si el síntoma reaparece. De ser así, ya sabes que es un alimento que debes evitar o consumir en cantidades muy limitadas y solo de forma ocasional.

Limita las frutas. También puedes incluir frutas en los jugos. Sin embargo, si padeces sobrepeso, hipertensión, diabetes o colesterol alto, limita el uso de frutas hasta que estos padecimientos se normalicen. Sería mucho mejor usar limones que zanahorias, betabel o manzana, pues estas últimas contienen mucha más fructosa que los limones.

Desinfecta. Si bien no quieres bacterias en tus alimentos, tampoco quieres el cloro de los desinfectantes comerciales, pues aunque las concentraciones sean bajas, es tóxico para tu organismo. Antes de desinfectar las verduras, lava con abundante agua, después desinfecta con una de las siguientes opciones:

Vierte una cucharada de agua oxigenada por cada litro de agua, remoja durante 10 minutos y después enjuaga con agua purificada.

Mezcla un litro de agua con dos cucharadas de jugo de limón, dos cucharadas de bicarbonato de sodio y una taza de vinagre, remoja durante 10 minutos y después enjuaga con agua purificada.

Las verduras van con todo y su cáscara al extractor, una vez que están desinfectadas y si son orgánicas, pero si las verduras no son orgánicas, siempre será mejor introducirlos pelados para evitar consumir cera y pesticidas.

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