El próximo lunes 21 de agosto, sucederá en la tierra un eclipse total de sol que cubrirá 14 estados de nuestro país vecino, mientras que en México solo tendremos la oportunidad de apreciar un eclipse parcial de sol en el norte de Baja california.

Sin embargo, durante los últimos años Internet se ha llenado de muchos mitos y rumores sobre los eclipses, desde el daño permanente a los bebés de las mujeres embarazadas, hasta la pérdida de la vista con tan solo poner la mirada fija en ellos.

En verdad ¿Te quedas ciego?

Cada vez que se presenta un eclipse de sol, es común que todos queramos mirar al cielo a verlo, sin embargo, esto es dañino para nuestra salud visual, por tal motivo se ha creído durante muchos años que lo mejor es ver el reflejo del eclipse en un charco o pileta de agua, sin embargo, expertos aseguran que la luz que se genera sigue siendo bastante alta para que el ojo humano no sufra ningún daño.

Por esta razón, es importante ver los eclipses con los equipos de protección necesarios como “lentes de eclipse” o un “visor solar”, no utilizar lentes oscuros o filtros caseros, ya que no protegen lo suficiente nuestra vista.

Bebés con deformidades, partos prematuros y “poderes”

Desde hace muchos años se ha creído en nuestra cultura que en los eclipses lunares, las mujeres embarazadas deben colocarse una faja roja o listón rojo en su vientre, ya que el no hacerlo puede provocar malformaciones a sus hijos. Y aunque se sabe que esta creencia nació en la época de los aztecas, hasta ahora no se ha comprobado científicamente que los eclipses tengan alguna repercusión en los embarazos.

Otras culturas alrededor del mundo han tenido la creencia  que las mujeres embarazadas que ven un eclipse, ya sea a través de un telescopio, o directamente con el uso de lentes, adelantan el parto, y dan a su hijo dotes de brujo o bruja, esto dependiendo de la cantidad de poder que reciba del fenómeno astronómico.

Hay varios casos documentados de mujeres que tuvieron contracciones horas después de ver un eclipse, sin embargo, no hay forma de comprobar que este fenómeno tenga algún efecto sobre el embarazo humano.