Un juez del Reino Unido ordenó apagar los aparatos de soporte vital al bebé Alfie Evans, nacido el 9 de mayo de 2016, que se encontraba en “estado semi-vegetativo” debido a que padecía una condición neurológica degenerativa que los médicos no habían diagnosticado del todo.

En el juicio llevado a cabo este 20 de febrero, el Juez resolvió que el bebé merecía morir con dignidad pues los médicos indicaron que no sería capaz de recuperarse, y agregó que lo que ahora necesita son cuidados paliativos, en un espacio donde pueda vivir los últimos días de su vida en paz y tranquilidad, informó Daily Mail.

Tom Evans, padre del menor pronunció un emotivo discurso a las puertas de la Suprema Corte donde el Juez dictaminó que el niño debía morir con dignidad y los cuidados médicos debían de ser retirados. Tras el fallo, ambos padres rompieron en llanto.

Evans prometió seguir luchando por la vida de su hijo, pese a que los especialistas del Hospital infantil Alder Hey solicitaron al Juez que se interrumpiera el tratamiento del menor ya que consideraron que el soporte vital resultaba “cruel, injusto e inhumano” para el pequeño.

La resolución ha sido considerada por el padre como “una sentencia de muerte”, si bien los médicos aseguran que el tratamiento ya era inútil en las condiciones en que se encontraba el pequeño.

La madre de Alfie se retiró de la audiencia antes de que el Juez llegara a una conclusión y el padre se mostró devastado cuando se anunció el fallo.

En las inmediaciones del hospital se encontraban al menos 30 simpatizantes con globos azules y morados en espera de la resolución. Al conocer la noticia, los partidarios lloraron y se abrazaron en silencio.

Los padres del niño pensaban llevarlo a un hospital italiano donde podría recibir un tratamiento que prolongaría su vida.