La celebración del Día de las Madres tiene sus antecedentes en la Grecia antigua en honor de Rhea , conocida como ‘la madre de los dioses’.
Durante el siglo XIX hubo algunas propuestas para dedicar un día a homenajear a las madres, pero no fue sino hasta 1907 cuando Ana Jarvis, nacida en Filadelfia, Estados Unidos, se reunió con un grupo de amigos y les planteó el reto de trabajar para que se estableciera una fecha para esta celebración.
Tu mamá te cuidó desde pequeño, te lavó tu ropa, te contó un cuento para dormir, se desmamonó todos los días para llevarte a la escuela y por supuesto, te hizo de desayunar, de comer y de cenar. Así que no tienes pretexto para no consentirla como se debe.
El Día de la Madre o Día de las Madres es una festividad que se celebra en honor a las madres en todo el mundo, en diferentes fechas del año según el país. Su origen contemporáneo se remitiría al Mother’s Friendship Day y las reuniones Mother’s Day Meetings organizadas en 1865 o 1868 por Ann Maria Reeves Jarvis, en que las madres se reunían para intercambiar opiniones sobre distintos temas de actualidad.
Las primeras celebraciones del Día de la Madre se remontan a la antigua Grecia, donde se le rendían honores a Rea, la madre de los dioses Zeus, Poseidón y Hades.
Igualmente los romanos llamaron a esta celebración Hilaria cuando la adquirieron de los griegos. Se celebraba el 15 de marzo en el templo de Cibeles y durante tres días se realizaban ofrendas.
Los católicos transformaron estas celebraciones para honrar a la Virgen María, la madre Jesús. En el santoral católico el 8 de diciembre se celebra la fiesta de la Inmaculada Concepción, fecha que los católicos adoptaron para la celebración del Día de la Madre.
En Inglaterra hacia el siglo XVII, tenía lugar un acontecimiento similar, también relacionado con la Virgen, que se denominaba Domingo de las Madres. Los niños concurrían a misa y regresaban a sus hogares con regalos para sus progenitoras. Además, como muchas personas trabajaban para gente acaudalada y no tenían la oportunidad de estar en sus hogares, ese Domingo se le daba el día libre para visitar a sus familias.
En 1870 la poetisa y activista Julia Ward Howe escribió la Proclamación del Día de la Madre, un apasionado llamado a la paz y al desarme. Durante un par de años, Ward Howe empeñó sus esfuerzos en llevar a cabo un congreso de esta naturaleza.
De todos modos, en 1873, mujeres en 18 ciudades estadounidenses realizaron una reunión del Día de la Madre. Boston lo siguió celebrando durante al menos una década más. Al paso de los años, se fueron apagando más festejos. Howe continuó trabajando por otras vías por los derechos de las mujeres y por la paz.
El 12 de mayo de 1907 dos años después de la muerte de su madre, Ana Jervis quiso conmemorar el fallecimiento y organizó un Día de la Madre para hacerlo. A partir de entonces encabezó una activa campaña que fue extendiéndose a todo el territorio de los Estados Unidos.
Finalmente, siete años después el presidente Woodrow Wilson declaró en el año 1914, el Día de la Madre como el segundo domingo de mayo en Estados Unidos. Así fue gestado el día internacional de la madre que después fue encontrando eco en otros países que lo adoptaron hasta tenerse la celebración conocida en la actualidad.
Año con año el 10 de mayo es una fecha que no puede pasar desapercibida en México; flores, joyas, chocolates, grandes comidas y cenas, se mezclan para conmemorar a las insustituibles madres mexicanas. El festejo, con más de cien años de tradición en México, fue instituido por un destacado periodista inspirado en la celebración realizada en Estados Unidos.
Fue en 1922 cuando Rafael Alducín, periodista poblano, emulando la tradición estadounidense, instauró el 10 de mayo como el día para celebrar a la madre, pues para él homenajear a las mamás era necesario puesto que “no hay sacrificio suficientemente grande para el corazón de una madre; no hay cáliz de dolor y amargura que ésta no esté dispuesta a llevar a sus labios, si puede evitar una gota tan sólo de acíbar a los seres queridos, prolongación de su propia vida; no hay manera de poder aquilatar con certeza la profundidad y alcance del amor materno”.
De este modo, la convocatoria para institucionalizar el Día de las Madres fue lanzada en las páginas del diario, que Rafael Alducín dirigía, el 13 de abril de 1922 y como consecuencia, el 10 de mayo de 1922 festejó por primera vez en México a las madres.
Diez años más tarde, el presidente Manuel Ávila Camacho colocaría la primera piedra del Monumento a la Madre en la Ciudad de México, donde también una placa dicta “A la que nos amó antes de conocernos”.