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ESCRITO REALIZADO POR PSICÓLOGA MICHELLE DELGADO TORRES

Cada uno de nosotros llegamos a un punto de nuestra vida en donde es necesario no solo considerar realizar un cambio, sino tomar la decisión de llevarlo a cabo, porque: lo que estoy haciendo ya no me funciona, no experimento bienestar, la calidad de mi vida cada vez es menor, no disfruto lo que hago, me siento estancado y no avanzo, las personas de las cuales me rodeo no me aportan ni agregan valor a mi vida, el trabajo que tengo me da para vivir, pero no me siento pleno. Entre otras situaciones que requieren ser evaluadas para tomar decisiones que nos beneficien y lleven a experimentar la vida que necesitamos y merecemos.

Aunque en ocasiones tengamos claro qué es lo que necesitamos modificar en nuestra vida, lo que ya no queremos continuar cargando, aquello que ya no funciona y que el solo hecho de continuar así disminuye nuestra calidad de vida, puede resultar difícil y genera un incómodo conflicto. Pero porque es difícil realizar los cambios cuando: ya identifique cual es la situación que necesito cambiar y he tomado la decisión de solucionarlo, incluso ya he comenzado a intentar modificar aquello que me afecta considerablemente.

A continuación te presento los factores que intervienen cuando comenzamos a realizar cambios para mejorar nuestra calidad de vida y tener acceso a un estado de bienestar, los cuales dificultan el proceso de mejoramiento, generan incomodidad, molestia y en ocasiones nos llevan a recaer o volver a mantener la disfuncionalidad.

thumbnail_PUNTO Y APARTE (vers vertical)Principalmente tenemos el funcionamiento y relación entre nuestra mente consciente y el cuerpo inconsciente (acciones automáticas). La mente consciente se basa en la razón, lógica y fuerza de voluntad, aquí comienza la intención del cambio, el 5%. El restante 95% serán todo el cúmulo de experiencias que se han venido fijando y memorizando en nuestro cerebro y que generaron ciertas emociones que experimenta nuestro cuerpo cada vez que recordamos. Esto se convierte en nuestros hábitos, conductas, creencias y percepciones de la vida. Todo esto se alimenta de las identificaciones diarias positivas o negativas que vayamos experimentando.

En este mismo proceso tenemos a las emociones (sustancias químicas), las cuales harán su trabajo para mantenerte donde mismo y sin quererlo hacerte dependiente de ellas y continuar liberando la dosis que ha requerido y necesitado tu cuerpo hasta ahora, antes de iniciar el cambio. Es como si tu mente y cuerpo entrarán en una crisis por qué no reconocen lo que estás haciendo, lo nuevo, simplemente el cambio que estas implementando es ajeno y no es agradable.

Con esto no quiero decir que no sea necesario y beneficioso para ti realizarlo, si no todo lo contrario, es necesario desaprender los patrones disfuncionales y reaprender eliminando lo que ya no funciona, no es saludable y abrir paso a una forma distinta de funcionamiento a la que durante años hemos realizado. Es importante que conozcas la raíz del funcionamiento para poder superarlo y lograr mantener los cambios positivos que has decidido incluir en tu vida diaria.

Señales que envía tu cuerpo para mantener los patrones disfuncionales. Envía sustancias químicas al cerebro que te hacen pensar:

– Mejor empiezo mañana.

– Si este fin de semana detengo el proceso del cambio, no pasa nada.

– Tarde o temprano voy a recaer, necesito las sustancias de siempre.

– Me siento sin fuerzas, me siento mal, mejor me quedo donde estoy.

– Deje de comer o de hacer tal cosa y me sentí muy mal, no lo dejaré porque lo necesito.

– De cualquier manera no veo cambios hoy, para que sigo intentando.

– Es muy difícil y parece molestar a los demás, dejaré de intentarlo.

Todos estos pensamientos que te sabotean tienen un solo objetivo; lograr que pienses igual que antes y el cuerpo pueda alimentarse de las mismas sustancias químicas que generan esas emociones negativas y así potenciar otra vez el ciclo, diciéndole adiós al cambio que intentabas realizar.

«Tu cuerpo y mente inconsciente se las arreglaran para mantenerte dónde estabas relacionándote una y otra vez con hábitos, actividades, personas, eventos y situaciones que están directamente relacionadas con los patrones disfuncionales»

Ahora puedes comprender mejor el porqué te parece tan difícil e incómodo comenzar a realizar cambios en las diferentes áreas de tu vida, sin embargo no por ello debes dejar de insistir y soltar el anhelo de una vida en calidad, bienestar y disfrutar la mejor versión de ti mismo/a. Eres un ser humano y como tal todos tenemos recaídas, de repente y cuando menos lo esperamos volvemos a los viejos hábitos, la clave está en no victimizarnos, culparnos y permitir que nuestra mente y cuerpo inconsciente continúen tomando decisiones y el control de nuestra vida.

Para lograr mantener los cambios y generar hábitos más saludables, es importante contar con un equipo de apoyo por ejemplo: amigos, familia y mentores que te empujen hacia el logro de tus objetivos y preferencias, así como la orientación de un psicólogo que te acompañe y juntos encuentren las herramientas adecuadas para mantenerte en el camino del bienestar.

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